El domingo pasado asistí al Barcelona Yoga Conference en Sarrià. Aunque es la tercera vez que asisto, es la primera vez que voy a un día de la "main conference". En ediciones pasadas participé en las actividades post-conferencia donde impartían clase Shiva Rea y Meghan Currie. Cada una de ellas fueron experiencias inolvidables, no obstante, eché de menos el ambiente social, el mercadito y los puestos de comida. Este año he disfrutado muchísimo practicando junto a grandes compañeras como Xuan, Carla, Nina y Nicky. Realicé dos clases (os cuento más abajo) y realicé trabajo de fotografía también. 

Llegué con tiempo para estar tranquila antes de clase de rocket de Nina, y, en el baño (siempre conozco a personas en el baño jaja) me encontré con Carla. La reconocí instantáneamente con su melena brillante y pelirroja. Tenemos amigas en común y enseguida comenzamos a hablar y caminamos juntas a la clase de Nina donde también nos encontramos a Xuan. El rocket yoga es una práctica basada en el Ashtange que te hace "llegar antes". Disfruté muchísimo del movimiento, el sudor y cómo Nina nos retaba constantemente con cariño y diversión. También dedicó tiempo a explicar ciertas posturas, que agradecí mucho para descansar. Si estás en Barcelona, te recomiendo mucho ir a clase con ella. 

Los puestos de comida tenían de todo (y súper healthy): pizzas, postres crudiveganos, smoothies, y hasta perritos calientes veganos. Me hubiese gustado probar un poco de todo, pero... ¡el año que viene más! También hay muchas boutiques con ropa y material de yoga (con descuentos) como la ropa del BYC, manduka, shambala y otros productos. Incluso había un puesto donde podías contratar un masaje, muy muy guay. 

Tan sólo 15 minutos después de la clase de Nina, me fui al taller de Simon Park de "liquid flow yoga". Simon mezcla un poquito de artes marciales con mucho flow (me recordó a Meghan un poco) e instrucciones precisas. Llegué justo cuando comenzaban, así que rápidamente coloqué mi esterilla, y sin darme cuenta, estaba al lado de Nicky (me encantó estar practicando a su lado). Fue una práctica "transformadora" y muy potente: me sentía presente y totalmente entregada a la práctica. Generalmente, cuando estoy en este estado, ocurre "la magia del yoga". Fui capaz de sostenerme en pinchamayurasana con un brazo extendido (en ambos lados) y aguantar el pino durante 10 segundos. Me resultó difícil mantenerme concentrada, ya que mi mente estaba dando brotes de alegría y de emoción, a través de la mirada y la respiración me mantuve presente y atenta. Considero que esto también es una parte súper importante de la práctica: "el no apego al resultado" para no crear dependencia del "me sale" y evitar la búsqueda del perfeccionismo.

 

¿Qué me llevo del BYC este año? Una gran sensación de comunidad y la alegría de ver la unión que crea el yoga a través de las personas. Además, ha sido un bonito recordatorio de lo importante que es ir a clase porque te expones a otros estilos, profesores y ejercicios que no has probado o que tiendes a evitar. 

 

¡Hasta la próxima BYC!

 

xx
 

Irene

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